Por Ricardo De La Blanca | junio 30, 2020
La semana pasada tuve la grata oportunidad de entrevistar a un buen y exitoso amigo colombiano, Alex Montoya. Durante su entrevista me compartió el proceso de crecimiento por el que pasó al vivir en Nueva York, Caracas, Londres, para finalmente, desde Miami, convertirse en la cabeza de una de las más grandes y prestigiosas empresas de seguros de América.
Cuando íbamos por la mitad de la entrevista me compartió una idea brillante. Yo, como siempre, salté de la emoción e inmediatamente le comenté: “Alex, te acordarás de este momento, porque pienso robarte esa idea”. Y es ahí cuando Alex, con gran genialidad, me comenta: “Las ideas no son de quienes las generan, sino de quienes las logran llevar a cabo”.
Nada más cierto.
En artículos anteriores han podido apreciar lo mucho que invito a la gente a soñar, a soñar en grande. Pero hoy quiero aprovechar las sabias palabras de mi amigo Alex e invitarlos a no solo soñar sino sobre todo a materializar los sueños.
¿Pero cómo empezar?
Lo sé, eso es justo lo más difícil.
El reto más grande. Cómo encauzar un proyecto. Pues aquí les dejo un consejo: no busquen la perfección, no busquen el camino ideal… el camino se hace al andar.
Cuando escribo un artículo, cuando quiero comenzar un proyecto, una campaña para alguno de mis clientes en mi agencia, pocas veces, para no decir nunca, doy con el camino exacto que termino planteando en las primeras líneas. Pero eso sí, esas líneas, torcidas, desatinadas, perdidas, en algunos casos, son la mejor manera de hacerse camino, de comenzar “la exploración”.
Quizás esta palabra es clave: “exploración” … en la medida que nos permitimos comenzar, lanzarnos, comenzamos a acercarnos a la meta, al objetivo, al plan, al final.
Quien pretenda no comenzar hasta tener en la mente la absoluta claridad está cometiendo un grave error y sobre todo está poniendo en riesgo la posibilidad de que el proyecto logre andar.
Piensa en la idea y comienza a escribir cuál crees que es la manera de materializarla.
Cualquier camino es bueno, ¿Por qué? Porque todos los caminos son avance. El diseñar un camino y entender que no es el correcto es un gran aprendizaje. El saber por dónde no ir es una bendición tan grande como el saber por dónde sí.
Lo clave es avanzar. Ejecutar. Implementar.
No dejes que las ideas te las robe otro.
No dejes que las ideas se queden en eso, ideas.
Comienza a caminar.
Cada vez estarás más cerca, más cerca de llegar.
… y sí, Alex, esa idea te la pienso copiar
English version
Ideas belong to those who implement them.
Last week, I had the pleasure of interviewing a good and successful Colombian friend, Alex Montoya.
During the interview, he shared his journey of growth, having lived in New York, Caracas, and London, and finally, from Miami, becoming the head of one of the largest and most prestigious insurance companies in the Americas.
Halfway through the interview, he shared a brilliant idea. As always, I was thrilled and immediately said, "Alex, remember this moment because I plan to steal that idea from you." That’s when Alex, with great wit, replied, “Ideas don’t belong to those who generate them but to those who bring them to life.”
Nothing could be truer.
In previous articles, you’ve seen how much I encourage people to dream, to dream big. But today, I want to build on my friend Alex’s wise words and invite you not only to dream but, above all, to materialize those dreams.
But where to start?
I know—that’s precisely the hardest part.
The biggest challenge is how to set a project in motion.
So here’s a piece of advice: don’t seek perfection; don’t look for the ideal path… the path is made by walking.
When I write an article or start a project or a campaign for one of my clients at my agency, rarely, if ever, do I find the exact path I end up mapping out in those first lines. But those lines—imperfect, off-track, or lost, in some cases—are the best way to carve a path, to begin “the exploration.”
Perhaps that’s the key word: “exploration.” The more we allow ourselves to start, to launch, the closer we get to the goal, the objective, the plan, the end.
Anyone who waits for absolute clarity before starting is making a grave mistake and, more importantly, risking the project’s chance of taking off.
Think about the idea and start writing down what you think is the way to make it a reality.
Any path is good. Why? Because every path represents progress. Mapping out a path and realizing it’s not the right one is a great learning experience. Knowing which way not to go is just as valuable as knowing the way forward.
The key is to keep moving. To execute. To implement.
Don’t let someone else steal your ideas.
Don’t let your ideas stay just that—ideas.
Start walking.
Each step will bring you closer, closer to the goal.
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